viernes, 23 de octubre de 2015

Luna Apogeo, de Rubén Azorín


Sigo devorando libros, y después de la desilusión de El marciano de Andy Weir, cae por casualidad en mis manos Luna Apogeo, de Rubén Azorín.
La Luna ha marcado la vida de cualquier aficionado a la astronomía. Desde pequeño, al vivir en el campo ha sido mi compañera cuando se dejaba ver y me desconcertaba. Siempre encontré en las sombras de su superficie el rostro de una mujer asombrada. Cosas de la imaginación humana. Sin embargo, también es la enemiga número uno del astrónomo aficionado. Su presencia en la fase de llena, nos quita del cielo a muchísimas estrellas.
Además, ese halo de misterio, esas leyendas, esos fenónemos en torno a ella, que tanto me gustan, como las mareas, los eclipses… hace que la Luna siempre, sea atrayente.
Además como locutor no solamente del programa sobre astronomía Un Punto Azul, si no cuando estoy haciendo programación generalista – los locutores tenemos un defecto y es que siempre ponemos lo que nos gusta – musical, siempre he tendido a poner canciones sobre la Luna.
No en vano, Moonlight Shadow de Mike Olfield, es la sintonía de cabecera de Un Punto Azul.
Así que cuando empecé con Luna Apogeo ya iba con muchas ideas preconcebidas. La primera, tener que repasar los conceptos de apogeo y perigeo. Me pasa como con Cástor y Póllux, que nunca recuerdo quién es una y quién es otra. Pues con esto igual.
Pero ha sido coger el libro y engancharme. Ah, que placer. Sólo es comparable a una droga. Eso de querer leer y leer y leer. Y ver que son las tres de la mañana y que te levantas a las seis y acordarte del autor del libro en todos los sentidos.
Luna Apogeo – en su web tienes todo tipo de información que no voy a repetir yo aquí – es una novela excelente para un astrónomo aficionado. La historia es fantástica pero creíble. A mí me recuerda a mi infancia cuando aquél niño de nueve años veía aterrorizado como la Luna se salía de su órbita por una explosión, en la serie Espacio 1999.
La trama es excelente, tiene intriga, quizás te lias un poco con los personajes y las fechas, pero tampoco es para tanto, porque como mantienes la atención, te vas dando cuenta de quién es cada cual. Le coges hasta cariño a los personajes. Yo me enamoré de Ken y de Francisco, porque he conocido personas en mi vida, que bien hubieran sido uno de ellos.
También la novela es una buena herramienta para el conocimiento científico de la Luna, que en mi Agrupación Astronómica Jerezana Magallanes, reconozcámoslo, es la gran olvidada.
Forma parte de una trilogía. O sea que quedan dos. Pero el final de libro a mí no me ha dejado con mal sabor de boca. Quieres más, pero tampoco es que te quedes con el alma en un puño. A mucha gente les molesta eso de las partes y prefieren leerlo todo del tirón. A mí me da igual en ese aspecto. Eso sí. Tiene un riesgo, que el autor ha puesto el listón muy alto en esta primera parte. A ver cómo sigue con las demás. Espero que bien. Se nota que tiene recuerdos e inteligencia para escribir.
Resumiendo, Luna Apogeo no es simplemente una novela. Es una de las MEJORES novelas de ciencia ficción que he leído y no es que sea recomendable leer. Es absolutamente obligatorio que los astrónomos del mundo la lean. Porque no sólo de ciencia vive el hombre (y la mujer). También es necesario el arte. Y Luna Apogeo mezcla las dos: la ciencia y el arte de la literatura. Mucho para ser – oigan – una novela autoeditada. Top de ventas en Amazon. Palabra de un servidor que es lector empedernido y astrónomo aficionado.

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